San Juan de Dios con el Niño Jesús en brazos

Primera mitad del siglo XVIII

Anónimo granadino. Primera mitad del siglo XVIII. Óleo sobre lienzo

En plenas fiestas navideñas, queremos destacar una pieza llena de ternura y sensibilidad que muestra al Niño Jesús en brazos de san Juan de Dios.

Un óleo sobre lienzo de pequeñas dimensiones, pero lleno de emotividad y detalles. Bordeados por un óvalo, aparece la figura del Niño Jesús reposando en los brazos de Juan de Dios. Un Niño regordete con tres potencias de luz que nacen de sus rubios cabellos, mira al espectador de forma enigmática, mientras con su mano izquierda toca el pecho del Santo. Este, vestido con el hábito hospitalario y coronado por un trenzado de espinas, con un rostro sereno, meditativo y triste, nos muestra al Niño Jesús.

La escena se desarrolla en un espacio interior, abierto por una ventana lateral con reja carcelera dando profundidad a la obra. La luminosidad viene marcada por un rompimiento celestial de dos angelitos que sustenta una granada coronada por un estrella y una cruz, símbolo de la Orden Hospitalaria.

Esta iconografía juandediana, poco conocida pero abundante, tiene su origen en el episodio biográfico de la aparición de la Virgen de Guadalupe entregando al Niño a san Juan de Dios para que lo vista y lo cuide como si se tratase de uno de sus necesitados. En esta escena, aparece san Juan de Dios con el Niño Jesús solamente.

La expresión del Santo refleja la preocupación y asistencia hacia la infancia desvalida y necesitada, esos niños a los que siempre cuidó y vistió, igual que sus seguidores han continuado ejerciendo, creando hospitales infantiles, centros de educación especial, etc., y haciendo de estos centros su hogar.

De hecho, la íntima relación que los hermanos hospitalarios han tenido tradicionalmente con el ámbito de la infancia hizo que se desarrollaran actividades que combinan aspectos religiosos, culturales y didácticos como el belén. Ya que, aquellas casas llenas de niños afectados por la poliomielitis hacía necesaria una actividad que llenara las horas de la fría Navidad. Sirviendo de entretenimiento su ejecución a la vez que de catequesis. Los bienhechores de san Juan de Dios siempre han tenido abiertas las puertas de estos centros para visitarlos. Y qué mejor momento que la Navidad. La mejor felicitación que podían hacer estos religiosos de la hospitalidad a los ciudadanos de cada una de las ciudades donde mantenían una obra asistencial era ?montar el Belén?.

Lugar: Granada

Datación: Primera mitad del siglo XVIII